Siempre me ha gustado leer reportajes de periódicos y
revistas, ya sea impreso o de manera virtual.
Durante algún tiempo forme el hábito de leer todo lo que
pasaba por mis ojos, desde folletos religiosos hasta grafitis con temas de sexo
en los baños públicos.
Por azares del destino y mi curiosidad llego hasta la
pantalla de mi computadora la revista Vice México, con sus reportajes
controversiales y fuera de serie, hablando de temas inimaginables, muchas veces
con palabras sencillas y libres de expresión. Eso fue algo que me atrapo desde
el principio. Husmeando entre la pagina observe algunas portadas de sus
revistas impresas y me di a la tarea de buscarlas en revistieras de mi ciudad
pero ya que Monclova Coahuila es una ciudad pequeña, no la encontré en ningún
lugar y tuve que conformarme con leerla de manera virtual.
Un día fui con unos amigos a un festival de Rock y Hip Hop en
la ciudad de Monterrey y al otro día nos lanzamos a Plaza Fundadores, que es
donde toda la raza de allá compra música, ropa, artículos para tatuaje,
material de grafiti etc. En pocas palabras es un lugar para la banda chida.
Andando entre los locales en un stand de tatuaje tenían una vitrina y dentro de ella se encontraban dos revistas
¡Vice! Sentí como si hubiera encontrado el santo grial de la libre expresión y
pregunte a un chavo que estaba ahí que si me las podían vender, respondiéndome
que no eran de él, que la encargada estaba en otro lugar en una mesa cercana
ahí y me la señalo con la mano. La mesa estaba como a unos 2 metros de ahí y la
mujer que me habían dicho que era la encargada se encontraba de espaldas y a
sus costados otras dos mujeres. Yo decidido y emocionado camine hacia la mesa y
cuando estaba ya muy cerca la mujer voltio hacia mí y valla sorpresa! La mujer
tenía todo su rostro tatuado, expansiones en sus orejas, piercing en las cejas,
tatuajes oculares de colores y rastas blancas. Yo me asombre con la
personalidad poco común que tenía ante mí, pero jamás la deje de ver a los
ojos, Y creo que eso pocos lo hacen ya que lo diferente siempre causa miedo a
la gente. Después de decirle que si me vendía las revistas, la mujer me dijo
que no eran de ella, que eran de la dueña del local y que las llevaba ahí para
que los clientes las leyeran mientras esperaban su turno, las conseguía en CDMX
y que no me las podía vender. Le di las gracias y me retire. Mientras veía
otros locales de música, mi mente solo pensaba en cómo conseguir esas revistas
y no tarde mucho en regresar. Ya la chava con tatuajes oculares se encontraba
en el local y yo dispuesto a ofrecerle más dinero le insistí, y después de
mucho, ella se quedo pensativa y me dice: Llévatelas te las ¡regalo! Yo si
pensarlo e incrédulo las tome y casi queriéndola besar le di las gracias y me
retire. Pienso que la razón que me regalara las revistas fue que en todo
momento la mire a los ojos y sintió un tipo de confianza en mí, ya que de cada
10 personas que han de pasar frente a ella solo 1 la ha de mirar directamente a
los ojos.
La otra forma que conseguí otras dos revistas Vice fue
después de varios meses.
Después de estar planeando varios años y estarlo meditando
varios días, decidí renunciar a la empresa siderúrgica donde trabajaba, agarre
mi mochila y me fui a viajar de Norte a Sur de México.
Estando en un hostal en la ciudad de México, platiqué con un
ingeniero jubilado Alemán de 66 años que recorría el mundo y le dije que yo me
dirigía hacia Puebla, él respondió que venía de allá y me recomendó un hostal
de nombre “Gente de mas”, me dio un mapa de cómo llegar y me enseño algunas
fotografías. Cuando llegue a Puebla, lo primero que hice fue buscar el lugar.
Un Hostal muy cómodo con todos sus muros pintados con arte contemporáneo
mexicano, sus puertas adornadas con stikers de artistas poblanos, cuadros de
luchadores y paisajes, muy mexicano el hostal. Cuando me conducían a mi cuarto
e íbamos subiendo unas escaleras voltie hacia la sala de descanso y mire en una
mesa 2 revistas ¡Vice! Me brillaron los ojos como si fuera encontrado oro puro.
Después de acomodar mis cosas regrese a la sala de descanso y manosie rápido
las revistas. Sabía que de alguna u otra forma las conseguiría. Por la tarde
cuando regrese al cuarto compartido donde me quedaría, me encontré con la
sorpresa de que en una cama junto a la mía estaba una revista Vice.Me puse a
leerla durante un rato y después me dispuse a dormir. Los días siguientes me
ocupe en conocer la ciudad.
Cuando mis días en Puebla finalizaron, según mi itinerario de
viaje, recogí todas mis cosas y las eché a la mochila, cuando ya tenía todo
listo voltie hacia la cama de al lado y ahí estaba la ¡revista! haciéndome
señas y gestos que la llevara con migo! Una batalla entre el bien y el mal
surgió en mi mente pero poco duro aquella pelea, porque rápido gano la malicia.
Eche la revista a mi mochila y me dispuse a retirarme, cuando iba en el pasillo
me arrepentí y la saque, ya que la filosofía de mi viaje era que si yo hacia
algo mal, algo mal me iba a pasar, así que la tome en mi mano y cuando llegue a
recepción y entregue las llaves, descubrí que el dueño era quien me atendía y
rápido le dije: oye me interesan estas revistas, en donde vivo no las encuentro
¿Cuánto me vendes unas?
-Mira esas que tengo en la sala de descanso no te las puedo
vender porque ya son las únicas que me quedan, pero espera- se metió a un cuarto y salió con otra revista
-Ten esta y llévate esa que traes en la mano, y mira te voy a
pasar un contacto de una persona que te puede regalar mas-
La malicia había ganado una batalla pero al final la guerra
la gano el bien, pues si hubiera atracado, solo con 1 me hubiera ido y al final
hasta con varias y contactos me fui.
Hoy tengo 4 Revistas Vice de ediciones del 2016 y creo que
soy el único en mi ciudad que las tiene.