jueves, 13 de octubre de 2016

2 MANERAS EXTRAÑAS DE CONSEGUIR LA REVISTA VICE!


Siempre me ha gustado leer reportajes de periódicos y revistas, ya sea impreso o de manera virtual.
Durante algún tiempo forme el hábito de leer todo lo que pasaba por mis ojos, desde folletos religiosos hasta grafitis con temas de sexo en los baños públicos.

Por azares del destino y mi curiosidad llego hasta la pantalla de mi computadora la revista Vice México, con sus reportajes controversiales y fuera de serie, hablando de temas inimaginables, muchas veces con palabras sencillas y libres de expresión. Eso fue algo que me atrapo desde el principio. Husmeando entre la pagina observe algunas portadas de sus revistas impresas y me di a la tarea de buscarlas en revistieras de mi ciudad pero ya que Monclova Coahuila es una ciudad pequeña, no la encontré en ningún lugar y tuve que conformarme con leerla de manera virtual.

Un día fui con unos amigos a un festival de Rock y Hip Hop en la ciudad de Monterrey y al otro día nos lanzamos a Plaza Fundadores, que es donde toda la raza de allá compra música, ropa, artículos para tatuaje, material de grafiti etc. En pocas palabras es un lugar para la banda chida. Andando entre los locales en un stand de tatuaje tenían una vitrina  y dentro de ella se encontraban dos revistas ¡Vice! Sentí como si hubiera encontrado el santo grial de la libre expresión y pregunte a un chavo que estaba ahí que si me las podían vender, respondiéndome que no eran de él, que la encargada estaba en otro lugar en una mesa cercana ahí y me la señalo con la mano. La mesa estaba como a unos 2 metros de ahí y la mujer que me habían dicho que era la encargada se encontraba de espaldas y a sus costados otras dos mujeres. Yo decidido y emocionado camine hacia la mesa y cuando estaba ya muy cerca la mujer voltio hacia mí y valla sorpresa! La mujer tenía todo su rostro tatuado, expansiones en sus orejas, piercing en las cejas, tatuajes oculares de colores y rastas blancas. Yo me asombre con la personalidad poco común que tenía ante mí, pero jamás la deje de ver a los ojos, Y creo que eso pocos lo hacen ya que lo diferente siempre causa miedo a la gente. Después de decirle que si me vendía las revistas, la mujer me dijo que no eran de ella, que eran de la dueña del local y que las llevaba ahí para que los clientes las leyeran mientras esperaban su turno, las conseguía en CDMX y que no me las podía vender. Le di las gracias y me retire. Mientras veía otros locales de música, mi mente solo pensaba en cómo conseguir esas revistas y no tarde mucho en regresar. Ya la chava con tatuajes oculares se encontraba en el local y yo dispuesto a ofrecerle más dinero le insistí, y después de mucho, ella se quedo pensativa y me dice: Llévatelas te las ¡regalo! Yo si pensarlo e incrédulo las tome y casi queriéndola besar le di las gracias y me retire. Pienso que la razón que me regalara las revistas fue que en todo momento la mire a los ojos y sintió un tipo de confianza en mí, ya que de cada 10 personas que han de pasar frente a ella solo 1 la ha de mirar directamente a los ojos.

La otra forma que conseguí otras dos revistas Vice fue después de varios meses.
Después de estar planeando varios años y estarlo meditando varios días, decidí renunciar a la empresa siderúrgica donde trabajaba, agarre mi mochila y me fui a viajar de Norte a Sur de México.
Estando en un hostal en la ciudad de México, platiqué con un ingeniero jubilado Alemán de 66 años que recorría el mundo y le dije que yo me dirigía hacia Puebla, él respondió que venía de allá y me recomendó un hostal de nombre “Gente de mas”, me dio un mapa de cómo llegar y me enseño algunas fotografías. Cuando llegue a Puebla, lo primero que hice fue buscar el lugar. Un Hostal muy cómodo con todos sus muros pintados con arte contemporáneo mexicano, sus puertas adornadas con stikers de artistas poblanos, cuadros de luchadores y paisajes, muy mexicano el hostal. Cuando me conducían a mi cuarto e íbamos subiendo unas escaleras voltie hacia la sala de descanso y mire en una mesa 2 revistas ¡Vice! Me brillaron los ojos como si fuera encontrado oro puro. Después de acomodar mis cosas regrese a la sala de descanso y manosie rápido las revistas. Sabía que de alguna u otra forma las conseguiría. Por la tarde cuando regrese al cuarto compartido donde me quedaría, me encontré con la sorpresa de que en una cama junto a la mía estaba una revista Vice.Me puse a leerla durante un rato y después me dispuse a dormir. Los días siguientes me ocupe en conocer la ciudad.

Cuando mis días en Puebla finalizaron, según mi itinerario de viaje, recogí todas mis cosas y las eché a la mochila, cuando ya tenía todo listo voltie hacia la cama de al lado y ahí estaba la ¡revista! haciéndome señas y gestos que la llevara con migo! Una batalla entre el bien y el mal surgió en mi mente pero poco duro aquella pelea, porque rápido gano la malicia. Eche la revista a mi mochila y me dispuse a retirarme, cuando iba en el pasillo me arrepentí y la saque, ya que la filosofía de mi viaje era que si yo hacia algo mal, algo mal me iba a pasar, así que la tome en mi mano y cuando llegue a recepción y entregue las llaves, descubrí que el dueño era quien me atendía y rápido le dije: oye me interesan estas revistas, en donde vivo no las encuentro ¿Cuánto me vendes unas?
-Mira esas que tengo en la sala de descanso no te las puedo vender porque ya son las únicas que me quedan, pero espera-  se metió a un cuarto y salió con otra revista
-Ten esta y llévate esa que traes en la mano, y mira te voy a pasar un contacto de una persona que te puede regalar mas-
La malicia había ganado una batalla pero al final la guerra la gano el bien, pues si hubiera atracado, solo con 1 me hubiera ido y al final hasta con varias y contactos me fui.

Hoy tengo 4 Revistas Vice de ediciones del 2016 y creo que soy el único en mi ciudad que las tiene.








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